EL
GUERNICA DE PICASSO
UN
REFLEJO DE LA HISTORIA DEL S.XX
La historia española del s. XX fue una constante
muestra de acciones bélicas y de represión; la dictadura fue el modo de estado
durante más de la mitad del siglo y antes de ella hubo una guerra civil. Todos
estos factores políticos pasaron también a afectar socialmente y por supuesto a
lo que respecta a las artes, tanto en literatura como en pintura hubo momentos
de censura en cuanto a algunos temas y muchos de los artistas tuvieron que
emigrar a otros países al igual que muchas otras personas para poder seguir con
sus vidas y que su forma de pensar y ver la realidad fuera libre; como pudo
haber sido en la Segunda República española, hecho anterior a lo narrado.
No solo en España la guerra salió a la luz si no que
en este siglo también hubo enfrentamientos entre países europeos, que con
ideologías expansionistas hacen que se propaguen bélicos enfrentamientos y que
termine por ser una segunda guerra mundial donde todo el mundo y sobre todo las
grandes potencias mundiales se retan para saber quién puede más; al igual que
en la península ibérica estos efectos fueron notados en la sociedad, no solo
por la opresión y la muerte de civiles que conlleva sino que también se hace
ver en las obras artísticas como es en este caso en las obras de Pablo Ruíz
Picasso.
Este personaje relevante en el mundo artístico de
este siglo y en el que actualmente vivimos
por ser un gran artista con personalidad y carácter en sus trabajos y también
porque supo representar a su modo de ver a realidad, realidad que figura
Picasso impresionante.
Nació en 1881 en Málaga, una provincia sureña de España,
pero su familia se muda y el con la edad de 7 años, el joven artista llega a
Barcelona con sus parientes y allí comienza a verse con otros artistas
contemporáneos del momento, posteriormente entre los años 1901 al 1904 alternó
el lugar de su residencia entre tres grandes ciudades del momento Madrid, París
y la ya dicha Barcelona; en este momento Picasso tomaba un carácter nuevo para
sus pinturas, lo que pasaría a llamarse la etapa azul de sus obras, esta etapa
azul está muy relacionada con el simbolismo que él conoce en Francia.
Y es en 1904 cuando se muda de un modo fijo a la
capital francesa, allí conoció a grandes artistas contemporáneos de los cuales
se ayudó y aprendió, lo que hizo que su arte se viese relacionado con dichos
pensamientos o formas de interpretar o producir arte. Las fases que Picasso
pasó artísticamente a partir de este momento son esenciales para su obra, tras
la etapa azul, viene una en la que el pintor utiliza en vez de tonalidades fría
como hacía en aquella etapa a unos colores más cálidos, tonos rosas y tierras,
siguiendo su trayectoria artística la siguiente de las etapas fue una de las
más importantes, con la creación de la obra Les demoiselles d’Avignon ya que
gracias a los contractos que mantuvo con otros pintores y artistas del momento
en concreto con el pintor George Braque quien inicia el cubismo y así, de este
modo, Picasso comienza a conocer este estilo representativo en su arte. Desde
este momento ambos relaizan una serie de avances en esta técnica pero unos años más tarde lo va abandonando
para centrarse en unas líneas más clásicas, pero nunca lo retirará del todo ya
que con el golpe de estado de 1936 por parte del ejército y con él la Guerra
Civil española aplica todo el sentimiento patriotita y republicano a sus obras,
en concreto al Gernica, en la que se muestra como las gentes de ese pueblo
vasco fueron bombardeadas por tropas alemans en 1937.
En un primer lugar esta pieza, solo iba a ser un
mural mandado hacer a Picasso por el gobierno de la II República española para
una Exposición Universal de París de ese mismo año, el autor conmovido por lo
sucedido en Gernica y crítico con la situación del momento expuso ese tema en
el dicho mural.
Esta obra en blanco y negro y como si parecieran
recortes superpuestos que crean formas y personajes abstractos que simbolizan
lo que estaba ocurriendo en ese momento. La idea de que fuera en blanco y
negro, Picasso, la tomó de las fotografías hechas de la masacre real.
En un principio el artista contemporáneo hizo un
boceto del cuadro, en el que las figuras estaban ordenadas, y posteriormente
siguiendo una serie de pautas propias, ideas que brotaban de su cabeza, comenzó
a desordenarlas y crear la obra maestra. Cada figura está dotada de
irregularidad y el modo de pintarlas es poco natural, como por ejemplo en el
caso del fuego (derecha del cuadro) o la luz que brota de la lámpara,
representados con formas triangulares. Que finalmente se convertiría en un
lienzo pintado al óleo.
Los símbolos más relevantes y que muestran la cruda
realidad del momento son, de izquierda a derecha en el cuadro: en primer lugar
el toro pintado de dos colores, el blanco y el negro, simboliza a España como
símbolo tradicional de nuestro país, pero también Picasso trata de afianzar con
este animal la brutalidad; justo en el espacio inferior al toro se puede ver a
una mujer con la cabeza doblada, como mirando al cielo, mientras se lamenta de
la muerte de su hijo, al que lleva en brazos es un símbolo del dolor y el sufrimiento y algunos especialistas ven
una relación en cuanto a la forma con la Piedad de Miguel Ángel, pieza situada
en la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Desviando la vista hacia la zona central del cuadro,
en un primer plano podemos ver la lámpara, que colgada del techo e irradiando
con su bombilla hace muestra de lo que en la realidad sería el avance
tecnológico de la sociedad y como este se utiliza también para hacer el mal,
como es en este caso la guerra. Debajo de esta, se encuentra la pieza central
de la pintura, el caballo, que al igual que la mujer con el hijo en brazos
chilla con la cabeza doblada hacía un lado mientras su cuerpo se retuerce en
otro sentido, está compuesto de varios colores (blanco, negro y un papel
escrito), en su costado se ve clavada una lanza lo que nos hace ver que el
caballo está herido; Picasso en este caso se referirá con esta figura es al
honor de la patria hundido por el desastre, como una alegoría de la muerte. Es
importante destacar que ambos animales tienen en el interior de la boca,
substituyendo a una lengua, unos pinchos en forma de cono puntiagudo.
Entre los dos animales hay un tercero, casi
invisible, ya que está pintado del mismo color que el fondo y solo se remarca
de este por una raya blanca; es la paloma, ave que a lo largo de nuestra historia
simbolizó la paz y que por su compostura en el cuadro, con un ala que parece
rota y la cabeza mirando hacia arriba con el pico abierto, simbolizaría la
ruptura con ella.
En la parte inferior central se encuentra un guerreo
desfallecido, muerto; al que solo se le representa con los brazos extendidos y
parte de su tronco con el busto, en una de sus manos agarra una espada rota y
una flor; el guerrero caído representa las consecuencias de la guerra, la
muerte y la flor y la espada simbolizarían por una parte el honor caído y la
flor un símbolo de esperanza entre tanta masacre.
Por último la señora situada en la parte derecha del
cuadro que sale de la casa con una vela en la mano, con gestos de tristeza, al
representar esta figura Picasso, según los estudiosos, figuró a una república
casi desvanecida. Hay también una serie de figuras más que muestran el dolor y
lo ocurrido en esa localidad vasca.
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